Damos
Dar una ofrenda a la iglesia es un acto poderoso de fe y gratitud que reconoce que Dios es el verdadero proveedor de todo lo que tenemos. Todo lo que somos y poseemos—nuestro tiempo, talentos y tesoros—viene de Él. Al dar, estamos devolviendo una parte de lo que Él ya nos ha dado, como una muestra de confianza y obediencia a su amor y fidelidad.
Además, nuestras ofrendas ayudan a que la iglesia cumpla su propósito: compartir el mensaje de Jesús, servir a la comunidad y acompañar a los que más lo necesitan. Cuando damos con alegría y generosidad, somos parte activa de la obra de Dios aquí en la tierra y declaramos que nuestra seguridad no está en lo que tenemos, sino en Aquel que nunca falla.
Además, nuestras ofrendas ayudan a que la iglesia cumpla su propósito: compartir el mensaje de Jesús, servir a la comunidad y acompañar a los que más lo necesitan. Cuando damos con alegría y generosidad, somos parte activa de la obra de Dios aquí en la tierra y declaramos que nuestra seguridad no está en lo que tenemos, sino en Aquel que nunca falla.